¿Cuánto saben de ti las Redes Sociales?

Autor: Elisa Lozano de la Rosa

Te conocen mejor que tu madre, tu pareja e incluso que tú mismo ¿Somos conscientes de toda la información que compartimos diariamente?

¿Qué tan peligroso puede ser este intercambio infinito de información personal?

Redes sociales: Han llegado para quedarse, y permiten crear vínculos con el mundo entero.

   

  Estas plataformas, formadas por miles de usuarios, se han convertido en una comunidad esencial para la mayoría de todos nosotros. Nos conectan con personas que comparten nuestro mismo estilo de vida y los mismos gustos, permitiéndonos crear lazos y relaciones estrechas a través de la red.

     Son muchos los beneficios que aporta el uso de Redes Sociales, como el intercambio de información y la oportunidad de compartir el día a día con nuestro círculo virtual. Pero ¿Nos hemos parado a pensar alguna vez todo lo que las grandes compañías, detrás de estas plataformas, colectan y guardan sobre nosotros?

     Ya sea por puro entretenimiento, o como forma de comunicación habitual, estamos regalando constantemente información, que es compartida a miles de millones de personas. Pero esto no se queda aquí, pues las grandes corporaciones almacenan toda esta información y personalizan la interfaz de cada uno de sus usuarios. Al alimentar de forma masiva el algoritmo de Facebook o Intagram, por ejemplo, no solo conseguimos experiencias más reales, sino que también estamos detallando nuestra vida entera. ¿Dónde quedó la privacidad?

     Hay un nuevo dogma que se ha asentado en nuestra sociedad: Si no lo compartes, no ocurrió. ¿Somos conscientes de quién está detrás de la pantalla, analizando toda nuestra información personal? ¿Hasta que punto es necesario compartirlo absolutamente todo? ¿Cuándo dejamos de vivir, para comenzar a grabar?

     Todos los likes que regalamos, todos los comentarios que escribimos, todos los amigos que agregamos y todas las páginas que compartimos, aportan a estas plataformas información increíblemente completa sobre nosotros, hasta un punto en el que pueden crear un perfil sumamente detallado sobre una persona e incluso predecir su comportamiento basado en patrones habituales y gustos preferentes. Si hicieran una entrevista a tu madre, y luego lo compararan con toda la información de tu perfil de Facebook, probablemente te llevarías un buen susto: Internet sabe más de ti que cualquier persona en el mundo.

     Esto abre una gran oportunidad para utilizar las Redes Sociales con fines dudosos, apareciendo el ciberacoso, el grooming y las fake news. Y, sin apenas darnos cuenta, le facilitamos el trabajo a los ciberdelincuentes a través de la Ingeniería Social. Si una persona quiere dañar mi reputación o atacar con un virus, simplemente tiene que meterse en mis redes sociales, estudiar mis gustos y comportamientos, para después realizar un ataque completamente personalizado. Esto aumenta exponencialmente su éxito, pues es más probable que abra un mensaje acorde con mis preferencias y supuestamente enviado por alguien de mi lista de contactos. En otras palabras, se lo estamos poniendo en bandeja.

     Son enormes las oportunidades que nos facilitan este tipo de herramientas, desde un punto de vista personal hasta el laboral, pero su uso responsable es ahora más importante que nunca. Si Instagram pudiera escribir tu historia, créeme, lo redactaría con un nivel de detalle que ni tú conocieras. Está en nuestras manos proteger nuestra privacidad, y no siempre somos conscientes de que todo lo que subimos a Internet puede ser algún día utilizado en nuestra contra.